El próximo jueves, con motivo de la coronación de Felipe VI, Madrid se prepara para uno de esos paseos reales a los que, a fuerza de siglos como capital, está ya habituada. Otras coronaciones, matrimonios reales o entradas en la ciudad de reyes y reinas fueron motivos para engalanar la ciudad y especialmente las calles por las que la comitiva real debía pasar.
Por no retrotraernos a la época de Felipe II en la que comenzaron a celebrarse este tipo de fastos, haremos un recorrido por esos paseos reales comenzando por la que ha quedado en el imaginario colectivo como una de las bodas que más se acercan a los cuentos de hadas, la de Alfonso XII con María de las Mercedes, que se casaron por amor en 1879 a pesar de todos los inconvenientes puestos por Isabel II, que se negaba a que una hija de su enemigo el Duque de Montpensier fuera reina de España, y por el propio gobierno de España, que prefería alguna princesa europea como candidata.
La boda se celebró en la Basílica de Atocha, que se iluminó para la ocasión con más de mil cirios. A ella llegó Alfonso XII desde el Palacio Real, pasando por la Calle Mayor, la Puerta del Sol, la carrera de San Jerónimo, el Paseo del Prado y Atocha, mientras que María de las Mercedes salió desde el Palacio de Aranjuez y llegó a Atocha en tren tras casi dos horas de viaje en las que paró en los principales pueblos del recorrido. Al finalizar la boda, el matrimonio recorrió de nuevo la ciudad montado en una carroza con la corona real en el techo y tirada por ocho caballos; pasaron de nuevo por Atocha, por el Paseo del Prado, la Calle Alcalá, la Puerta del Sol y la Calle Mayor, hasta llegar al Palacio Real donde se celebró el banquete.
La Calle Mayor ha sido históricamente la principal protagonista en el paso de comitivas reales, como vía más importante de la ciudad durante cientos de años. Y precisamente en ella se produjo el atentado contra Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battemberg el día de su boda en 1906, como os contamos en otra entrada del blog. Pero antes de eso, Alfonso XIII había recibido ya un baño de multitudes en Madrid con motivo de su coronación en mayo de 1902, cuando desde el Palacio Real se dirigió al Congreso para jurar la Constitución de 1876 al cumplir la mayoría de edad. Poco antes había escrito en su diario: «En este año me encargaré de las riendas del Estado, acto de mucha trascendencia tal y como están las cosas; porque de mi depende si ha de quedar en España la Monarquía borbónica o la República”, palabras que recobran especial actualidad en el debate de los últimos días.
Volviendo a su boda, se celebró el 31 de mayo de 1906 en la Basílica de San Jerónimo con presencia de los monarcas de todas las casas reales y las calles llenas de gente desde las seis de la mañana, hasta el punto de que hubo que cortar el paso del tranvía. Ante la afluencia de público que se esperaba, el Ayuntamiento instaló sillas a lo largo del recorrido de la comitiva real, que podían alquilarse al precio de una peseta, al igual que los balcones, aunque éstos por un precio bastante más elevado (hasta 2000 pesetas). Precisamente en un balcón, en el número 88 de la Calle Mayor, esperaba Mateo Morral el paso del carruaje de los reyes para cometer su atentado, que se vio frustrado porque los cables del tranvía cambiaron la trayectoria del ramo de flores en el que había escondido la bomba, que acabó por matar a veinticuatro personas y herir a más de cien.
No hubo más matrimonios reales en Madrid desde entonces hasta la boda del príncipe Felipe con Doña Letizia hace ahora diez años. En este caso, el recorrido nupcial quedó algo deslucido por la lluvia, que le restó bastante público. En uno de los flamantes Rolls-Royce a disposición de la Casa Real, los recién casados partieron de la Plaza de Oriente rumbo a la Basílica de Atocha -donde Doña Letizia depositó su ramo ante la Virgen de Atocha-, pasando por la Plaza de España, Gran Vía, Calle Alcala, Plazas de Cibeles y Neptuno, Paseo del Prado y Glorieta de Atocha. Aún recordamos las preciosas lonas con los cielos más bonitos del Prado que se usaron para tapar los andamios de la ciudad en esos días, una preciosa iniciativa que ojalá hubiera tenido más recorrido.
Casi las mismas calles que los príncipes en su boda había seguido ya años antes Don Juan Carlos el día de su coronación, pero en sentido inverso, cuando desde el Congreso se encaminó en un coche descapotable al Palacio Real, rodeado de la guardia real y acompañado de una multitud de gente que lo aclamaba durante todo el recorrido.
Según lo previsto, el príncipe Felipe repetirá de nuevo ese camino una vez sea proclamado rey como Felipe VI y en compañía de Doña Letizia, ya reina también. Las calles de Madrid ya se están preparando para el evento con bonitos maceteros de flores, recuerdos en los escaparates de todas las tiendas de souvenirs y banderas de España que los espontáneos comienzan a colgar de los balcones, no sabemos si animados por el bando municipal que la alcaldesa Ana Botella hizo público ayer.
Los nuevos Reyes de España realizarán el recorrido oficial en Madrid sobre las 11:30 del jueves 19 de Junio las principales calles que separan el Congreso de los Diputados del Palacio Real: Carrera de San Jerónimo, paseo del Prado, plaza de Cibeles, calle de Alcalá, la Gran Vía y plaza de España para terminar en la plaza de Oriente, donde miles de seguidores podrán ver el saludo de los Reyes desde el balcón central de Palacio sobre las 13:00. Lo que es seguro es que Madrid se prepara de nuevo para vivir un día histórico que, sin duda, no dejará a indiferente a nadie.
Y si quieres que te contemos esta coronación y alguna otra, no dudes en acompañarnos en una de nuestras visitas guiadas, donde prometemos contarte la historia de Madrid como nadie lo ha hecho nunca.
