Parece mentira la cantidad de veces que hemos visto al Presidente del Gobierno en las escaleras del Palacio de la Moncloa, y jamás nos podemos imaginar su origen o la historia que esconden sus paredes. Nos tenemos que trasladar a comienzos del Siglo XVII, donde la zona destacaba ya por los cultivos extensivos en zonas hoy pobladas por numerosos edificios colindantes. La primera construcción, de la que sabemos muy poco, se trataba por tanto de una casa palaciega de campo y de caza, desde la que divisar las plantaciones que sus propietarios tenían. De hecho, el primer dueño del Palacio – que nada tiene que ver con el actual- fue Gaspar de Haro y Guzmán, marqués del Carpio y de Eliche, siendo este último título el que también daba nombre a la casa Palacio. A su alrededor, las huertas de la Moncloa, nombre que ha llegado hasta nuestros días.
La propiedad del Palacio fue pasando por diversas manos aristocráticas hasta llegar a la mismísima Duquesa de Alba en 1784 – la musa de Goya- , Doña Maria del Pilar Teresa Cayetana de Silva Alvarez de Toledo. A su muerte, en 1802, y sin tener descendencia, fue adquirido por el Rey Carlos IV, quien lo convirtió en una dependencia más del Real Sitio de la Florida, hoy ya desaparecido. Fue Isabel II , algunos años después quien finalmente lo cede al Estado , pasando a depender del Ministerio de Fomento.
La guerra civil española fue especialmente dura con el Palacio, que quedó prácticamente derruido. Sus seis hectáreas entre casa y jardines pasaron finalmente a manos de Patrimonio Nacional , quien hizo la reforma definitiva adaptándolo para residencia de los Jefes Estado extranjeros en su visita al territorio nacional. De hecho, en el mismo dormitorio que hoy descansa Rajoy y su mujer, llegaron a estar alojados Sadam Hussein , Nixon o Eisenhower. Cuatrocientos metros cuadrados por planta, que acogen cocinas y zonas de servicio, zona de recepción en la planta noble, y casa particular para los diferentes Presidentes del Gobierno que allí vivieron. Fue Adolfo Suárez, primer Presidente del Gobierno de nuestra democracia , quien abandonó el Palacio de Villamejor – situado en la Castellana- para instalarse definitivamente en otro más amplio, con mayor seguridad, y con mejor aparcamiento.
La distribución interna de la casa Palacio es todo un misterio, por temas fundamentalmente de seguridad. Pero sí sabemos, por ejemplo, que las buhardillas fueron adaptadas como dormitorios para los numerosos hijos de Leopoldo Calvo-Sotelo; que Felipe González, además de su afición por los bonsais, adaptó una de sus habitaciones para reuniones con amigos, la bodeguilla, donde los viernes por la tarde se reunían todo tipo de intelectuales quienes contaban la actualidad del país de forma distendida. Famosa también es la pista de Pádel que mandó construir Aznar, haciendo famoso un deporte hasta la época prácticamente desconocido.
Dedicaremos en el futuro un post específico al búnker de la Moncloa, que mandó construir Felipe González . Una impresionante construcción bajo tierra que tiene 3 pisos y podría albergar, en caso de desastre mundial, hasta 200 personas. Esperamos que nunca tengan que hacer uso de él…
Conoce más de este Palacio de la Moncloa en la entrevista que nos hizo Onda Cero sobre la residencia del Presidente del Gobierno de España.