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Monasterio de las Descalzas : Viajar cuatro siglos en el tiempo

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El Monasterio de las Descalzas Reales es uno de los pocos lugares de Madrid donde parece haberse detenido el tiempo. Las monjas de clausura que viven en él, Franciscanas Clarisas desde su fundación, mantienen sus costumbres centenarias ajenas al bullicio que se mueve a su alrededor, en una de las zonas con más ajetreo de la ciudad. Sus muros atesoran fragmentos importantes de la historia de Madrid, de sus tradiciones, de los reyes que le dieron lustre y de la religión que la marcó durante siglos.

El edificio del monasterio fue originalmente un palacio, edificado en una fecha imprecisa entre los siglos XI y XIII en las afueras de la ciudad, en el corazón del Arrabal de San Martín, al que daba nombre y origen el monasterio dedicado al mismo santo  (actual sede de Bankia) y que se encontraba en la misma plaza, el más antiguo de Madrid y destruido en 1868 durante el Sexenio Revolucionario.

En este palacio nacería Juana de Austria, la fundadora del monasterio. Era propiedad de Alonso Gutiérrez, tesorero de Carlos V. Precisamente por la amistad entre ambos, la reina Isabel de Portugal se alojó en el palacio para dar a luz a Juana huyendo del rigor del verano toledano, pues era en esa ciudad donde se encontraba la Corte entonces.

La fundación del monasterio se produjo en 1557, parece que por recomendación a Juana de Austria de su confesor San Francisco de Borja. Allí vivió la fundadora hasta su muerte y no fue la única huésped real, pues María de Austria, su hermana, también decidió pasar allí sus días tras enviudar del emperador Maximiliano II; su hija, Margarita de Austria, se ordenó monja y vivió también en el convento. Todas descansan aún en las Descalzas.

Monasterio,Descalzas,Reales,Madrid,Turismo,patrimonio,nacionalPor su fundación real el convento fue el destino de muchas hijas de la nobleza más granada de España, las cuales traían consigo importantes obras de arte como parte de su dote. Así se fue creando un patrimonio de una gran valor, que hoy día se puede ver en parte cuando se visita el convento: obras de Jordaens, de Juan de Mena, Zurbarán, de Tiziano o de Rubens, entre otros. Precisamente, éste último fue el encargado de realizar los cartones para la serie de imponentes tapices de El Triunfo de la Eucaristía -en parte también expuestos-, que se usan desde hace más de 450 años en la procesión del Cristo Yacente, celebrada el Viernes Santo entre los muros del monasterio. Los tapices decoran ese día el claustro y la iglesia, por donde procesiona el Cristo Yacente de Gaspar Becerra -una obra maestra de la escultura religiosa del Barroco-, acompañado de música de Tomás Luis de Vitoria. Esta procesión es seguramente una de las tradiciones más antiguas de Madrid.

El monasterio se abrió al público por primera vez en los años 60 del siglo pasado, pero no por ello las monjas han roto su rutina de clausura y sus tradiciones centenarias. Cuando los visitantes se retiran vuelven a tomar posesión de él para pasear y meditar por su bello claustro, trabajar el huerto que tienen en la parte trasera y cuidar de las capillas, treinta y tres, las mismas que el número de monjas que pueden habitar el monasterio; originalmente, cada monja se ocupaba en exclusiva de una capilla, pero hoy en día alguna está algo más atareada, ya que sólo viven veintidós, la más joven de 43 años.

Así que ya sabéis, cuando paséis por el centro no dejéis de visitar esta joya de la historia Madrid a cinco minutos de la Puerta del Sol, o déjanos que te lo contemos en nuestra visita guiada al Madrid Contemporáneo.

Monasterio de las Descalzas- Plaza de las Descalzas – 28013 Madrid

Entrada con visita guiada: 7 euros. Se recomienda la compra con antelación. 


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

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