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Los primeros sacos de hielo de Madrid

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En un día tan caluroso como éste no podemos dejar de hacer memoria y rebuscar entre nuestros libros la historia de la primera vez que sabemos que hubo hielo en Madrid . Y no creais que fue antes de ayer… nada de eso… en Madrid se conoce la existencia del hielo desde el Siglo XVII. Y desde entonces ha funcionado perfectamente para enfriar bebidas, numerosos cuidados terapéuticos y sobre todo refrescar algo los días de verano como el que hoy estamos sufriendo.

Fue en aquél siglo XVII cuando un señor de nombre Pablo Xarquíes se acercó al Rey Felipe III (uno de los Austrias menores) y le intentó vender un nuevo sistema para obtener y sobre todo conservar el hielo. Es a partir de entonces cuando aparece la Casa de Arbitrio de la nieve y hielos del Reino , que se encargaba, además de extraer y conservar el hielo en los pozos de nieve, de elegir las tiendas y locales donde se podía distribuir el hielo en la capital. Así, sabemos que por ejemplo el restaurante Lhardy fue uno de los primeros elegidos para tener hielo en sus instalaciones, siempre y cuando los suministros estuvieran asegurados en el Palacio Real (antiguo Alcázar) , la Granja, Aranjuez y el Buen Retiro.

¿y qué eran los pozos de nieve? Pues primero se recogía en las sierras de Guadarrama y Navacerrada y se transportaba a Madrid, específicamente a los pozos donde se almacenaba la nieve: desde la calle Fuencarral en su actual cruce con la Glorieta de Bilbao, hasta la actual Plaza de Barceló. Se conocen la existencia de estos pozos desde comienzos del Siglo XVII hasta 1863, cuando se cerraron definitivamente. También existían pozos de nieve en la Casa de Campo, donde se llegaba a almacenar incluso el hielo que se producía en el lago con la llegada del frío invierno.

¿y cómo se hacía el hielo? Pues aquí viene lo más curioso, porque cuando la nieve se traía lo primero que hacía era prensarse (con los pisoneros) , para hacer hielo. Luego se distribuía por capas, separando los bloques con todo tipo de vegetales. De esta manera, los pozos quedaban preparados en el invierno para que durante los seis meses de mayor calor se fuera distribuyendo por los diferentes palacios reales y los establecimientos actualizados.

¿y para qué se usaba el hielo? Aunque nos cueste creerlo, con él se enfriaban todo tipo de refrescos naturales y se hacían granizados (mucho más caros) . Los clásicos eran el agua de cebada y la limonada, pero también llegó la horchata allá por el siglo XVIII.

Esta curiosa forma de crear hielo se mantuvo hasta que aparecieron las primeras fábricas de hielo (en Madrid fue la cervecera Mahou quien en 1888 creó la primera fábrica) y las  neveras no eléctricas, a finales del Siglo XIX, que mantenían el frío gracias a procesos químicos (el más sencillo era agua con sal) . Fue la marca Kelvinator quien creó el primer frigórifico en 1913 y pasaron 50 años más hasta que se pudieron comprar las primeras neveras en España . Pensad que por aquellos años, comprar una nevera suponía invertir hasta 3 veces el salario medio mensual, así que tardó en llegar a todos los hogares como hoy la conocemos. ¡larga vida al frío para aguantar estos calores de verano!


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO