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Dos jardines secretos en pleno centro de Madrid

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Además de los grandes parques de los que os hemos hablado ya en otros posts, Madrid esconde algunos jardines que no mucha gente conoce y que bien merecen una visita. Hoy os vamos a hablar de dos de ellos.

Empezamos con el jardín del Príncipe de Anglona, un lugar lleno de encanto situado entre la Plaza de la Paja y la calle Segovia y rodeado de un alto muro que lo hace pasar desapercibido a pesar del bullicio que caracteriza a la zona en la que se encuentra. Se trata además de uno de los pocos ejemplos de jardines nobiliarios del siglo XVIII que se conservan en la ciudad. Es un jardín colgante, sujeto por muros de granito y ladrillo que salvan el desnivel que hay en la zona.

El jardín es neoclásico con elementos típicos de la tradición de los jardines andaluces, con una ordenación en perspectiva apoyada en la vegetación y en el agua. Destacan la fuente (un añadido moderno), las pérgolas con rosales enroscados y el templete.
El jardín lo diseñó Nicolás Chalmandrier, grabador y dibujante de planos de grandes ciudades, para el XI Duque de Benavente, dueño en el siglo XVIII del palacio al que pertenece. Parece que originalmente, en el siglo XVI, el edificio era parte de un conjunto de propiedades de la poderosa familia de los Vargas, que ya contaban con otro caserón en la propia Plaza de la Paja, así como en la plaza de San Andrés, donde se encuentra el famoso pozo de San Isidro. Pero a comienzos del siglo XVII el palacio pasó ya a manos de la casa de Benavente.

Pero, ¿por qué ese nombre tan peculiar -Jardín del Príncipe de Anglona- si el palacio pertenecía al Duque de Benavente? Se debe a uno de sus sucesores, concretamente uno de sus nietos e hijo de María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel y Téllez Girón, la IX Duquesa de Osuna y XII Duquesa de Benavente, a la sazón promotora de uno de los jardines más bonitos de Madrid y del que os hemos hablado ya en otro post, el del Capricho.

El Príncipe de Anglona fue Pedro Alcántara Téllez Girón y Pacheco, cuarto hijo de María Josefa, de la que heredó el palacio con su jardín y el título que le ha dado nombre. Ya vivía en el palacio antes de heredarlo, desde que su hermano, el X Duque de Osuna lo dejara libre cuando heredó el título. Pedro Alcántara fue teniente general en la Guerra de la Independencia y el primer director del Museo del Prado, por designación del rey Fernando VII.

El hijo del Príncipe de Anglona le vendió el palacio y el jardín al Marqués de la Romana a finales del siglo XIX y éste fue el que hizo la última remodelación en el edificio y en el jardín hasta la llevada a cabo recientemente por el Ayuntamiento, parece que menos respetuoso que el Marqués de la Romana, pues ha colocado una fuente nueva en el centro del jardín y la antigua en un lugar menos visible.

fuente,jardin,secreto,convento,monjas,madridEl otro jardín del que os queremos hablar es el Huerto de las Monjas, también el pleno corazón histórico de la ciudad.
Originalmente fue el huerto del convento del Santísimo Sacramento, ubicado en la calle Sacramento y fundado por el primer Duque de Uceda, valido de Felipe III, como parte del gran palacio que se construyó en plena calle Mayor y que aún se conserva.

El convento y la iglesia fueron destruidos prácticamente por completo durante la Guerra Civil, pero el cronista de la Villa Antonio Velasco Zazo cuenta que antes tenía una fontana y un cenador muy bonitos. Después de la guerra las monjas Bernardas Descalzas volvieron al mismo emplazamiento hasta que el convento se demolió definitivamente en 1976. En su lugar se construyó un conjunto de casas modernas y que, para nuestro gusto, rompen la estética de la zona.

Pero algo se salvó del convento: su huerto, el que ahora se conoce como Convento de las Monjas. Se accede a él bajando por la calle del Rollo desde Sacramento y es un lugar escondido y desconocido como le ocurre al Jardín del Príncipe de Anglona, sorprendente en pleno centro de Madrid por su tranquilidad.

En el centro cuenta con una fuente en bronce formada por erotes y varios chorros de agua, de estilo Rococó y denominada Fuente de la Priora. Perteneció a los Duques de Montellano, que la tenía en su finca de “El Castañar”, en el pueblo toledano de Cuerva. De allí se la llevaron al palacete que se hicieron construir en el Paseo de la Castellana durante el siglo XIX, cuando este eje se convirtió en el lugar elegido por lo más granado de la sociedad madrileña para ubicar sus nuevas moradas.

Cuando el palacio desapareció, la fuente pasó a propiedad municipal, que poco después la colocó en este recoleto Huerto de las Monjas. Así que ahora ya conocéis otros dos de los secretos que guarda Madrid, ¡no dejéis de visitarlos para encontrar vuestros momentos de tranquilidad!


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

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