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¿dónde están los testículos de uno de los leones del Congreso de Madrid?

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Los leones que flanquean la puerta principal del Congreso son seguramente lo más famoso del edificio, no en vano son protagonistas del propio logo de la institución. Estos días se han hecho un poco más conocidos si cabe, al airearse en la prensa las vergüenzas de uno de ellos.

Lo mejor será comenzar por presentar a los protagonistas de esta historia. Se llaman Daoíz y Velarde, como los héroes del 2 de mayo de 1808 que se enfrentaron a las tropas francesas junto con cientos de madrileños. Así que el arrojo y el valor les vienen a estos dos leones no sólo por el animal que representan sino por los personajes con los que se identifican. Por si fuera poco, a ello hay que añadirle el coraje de los soldados que lucharon en la batalla librada en Wad-Ras entre 1859 y 1860 contra las tropas rifeño-marroquíes, pues fue con los cañones que capturaron al enemigo con los que se fundieron ambas fieras, como reza en sus bases: “Fundidos con cañones tomados al enemigo en la Guerra de África”.

Precisamente por esta relación con la guerra hispano-marroquí, también se ha llamado a veces a nuestros protagonistas “La Guerra Grande y la Paz Chica”, como se conoció popularmente a este enfrentamiento bélico y a los tratados de paz que de él resultaron, pues se consideró un conflicto “estéril” y fruto de un “perjudicial quijotismo” (G. Maura Gamazo).

Pero parece que la paz no fue lo único chico en esta guerra, sino también el cargamento de cañones requisados, al parecer tan escaso que no dió para fundir los dos leones enteros, según el diseño hecho por Ponciano Ponzano. Los leones se fundieron en la Fábrica de Artillería de Sevilla con colaboración de operarios de la Fábrica de Trubia y parece que los directores del proceso, con buen criterio, eligieron que quedara sin fundir una parte discreta de los animales, ya que el bronce no alcanzaba. Se eligieron los testículos. Así que después de tanta bravura concentrada en su ser, en su nombre y en su material, uno de los leones nació castrado.

Otros explican este fenómeno como un error del proceso de fundición o como una elección consciente del escultor al identificar a los leones con los amantes Hipómenes y Atalanta, personajes de la mitología griega que, como muchos otros, estuvieron marcados por un destino trágico pues, cuando parecía que el amor triunfaría entre ellos pese a los malos presagios, cometieron el error de profanar un templo de Zeus con su pasión y fueron transformados en leones machos por el dios del trueno. Cibeles se apiadó de ellos y decidió que tiraran juntos de su carro para que no se separan nunca y así aparecen representados en la fuente de la diosa. Para algunos los leones del Congreso son también los amantes griegos y el origen femenino de uno de ellos explicaría la falta de testículos.

Sea como sea, esta ausencia parece haber pasado desapercibida hasta que el Canal Historia se percató de ello en 2012 y decidió poner en marcha una iniciativa para dotar al animal de sus atributos, ofreciéndose ellos mismos para tan delicada empresa. Lo cierto es que este pequeño secreto de Daoíz ya se conocía desde que él y Velarde se movieron por primera vez de su ubicación original para restaurarlos en 1985. Se ve que en aquella ocasión los restauradores prefirieron ser más discretos y no airear las vergüenzas de la escultura a los cuatro vientos, como finalmente hizo el Canal Historia, hasta el punto de recibir un galardón por El Sol, el Festival Iberoamericano de la Comunicación Publicitaria, en la categoría de “mejor campaña exterior”. Curiosamente, el premio ganado fue el de bronce, ¿quizá sea éste el que el canal pretendía usar para restituir la virilidad a nuestro león?

En cualquier caso, no podrá ser por esta vez. La solicitud cursada a la Comisión de Peticiones del Congreso, tras dos años de espera y un largo periplo que la ha llevado a Presidencia del Gobierno y finalmente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ha acabado en una vía muerta, pues el ministro se ha pronunciado estos días con un no a la iniciativa por cuestiones de conservación y de respeto patrimonial e histórico a la escultura.

Así que los leones del Congreso se quedarán como están, a pesar de que sus vergüenzas sean ya públicamente conocidas y de que a algunos esto pueda suponerles una merma de la virilidad patria.


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO