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Asesinato en plena Puerta del Sol: Canalejas

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Pues sí, y aunque no os lo creáis no estamos hablando de una época tan distante ni remota en el tiempo, aunque sí muy diferente a la actual. Se trata de una época en la que los políticos iban a pie por la calle, sin escolta, e incluso se interesaban por la lectura. Nuestro político modélico es José Canalejas y la fecha principios del siglo XX. Canalejas fue un hombre inteligente, trabajador infatigable, generoso y tolerante, y muy preocupado siempre por el pueblo. A lo largo de su vida fue profesor, periodista, abogado y político liberal de ideas avanzadas y democráticas. Había sido ministro de Justicia y de Hacienda y en el momento de su asesinato, pues algún detractor parece que sí tenía, era el Presidente del Consejo de Ministros.

Aquella mañana del funesto 12 de noviembre de 1912 Canalejas había salido de su casa de la calle Huertas -el magnífico Palacio de los Duques de Santoña del que os hablamos en la visita al Madrid de las Letras-, para dirigirse dando paseo hacia el Palacio Real a despachar con Alfonso XIII. Antes de ir a su siguiente reunión en el Ministerio de la Gobernación, Canalejas pasó de nuevo por su casa. De vuelta hacia la Puerta del Sol se paró un instante frente al escaparate de la hoy desaparecida Librería San Martín para echar un vistazo, como tenía por costumbre, a las últimas novedades editoriales. ¿Y quién creéis que apareció con muy malas intenciones? pues un anarquista, y de los de acción. Manuel Pardinas, que ya llevaba varios días vigilando los pasos del político, se le acercó por la espalda y le disparó con una Browning matándole en el acto. Según la autopsia una de las balas penetró por debajo del oído izquierdo, atravesó el bulbo raquídeo y salió por el oído derecho, lo que llevó al presidente a echarse las manos a la cabeza antes de caer al suelo. Tenía 58 años.

Ahora os preguntaréis qué pasó con el anarquista. Pues bien, éste, al verse acorralado por la policía y a punto de ser linchado, hizo lo mismo que su gran amigo y compañero de causa Mateo Morral: pegarse un tiro. Por esta razón desconocemos aún cuáles fueron los motivos que impulsaron a Pardinas, natural de El Grado (Huesca) y pintor decorador de profesión, a asesinar al presidente. Varias hipótesis aun siguen barajándose. Tal vez fuera por alguna de las controvertidas leyes promulgadas por Canalejas para limitar el poder de la Iglesia sobre el Estado o quizás por el descontento general causado por la actuación de España en Marruecos, invadiendo varios territorios como respuesta a la invasión francesa de Fez. ¡Quién sabe! Décadas más tarde Franco seguía dañándole vueltas al asunto, convencido de que se trataba sin duda de una conspiración masónica y así lo puso por escrito, bajo el irreconocible pseudónimo de Jakim Boor, en su libro Masonería. Lo más curioso de todo esto es que Canalejas era masón, lo que nos recuerda el atentado contra Prim, también masón y también asesinado cuando era presidente del Consejo de Ministros. Su asesinato, del que en otro momento os hablaremos porque tiene mucha enjundia, tuvo lugar en 1870 en la antigua calle del Turco. Quizás nunca lleguemos a descubrir a los verdaderos culpables pero también en aquel momento se especuló sobre la posible implicación de la masonería.

Volviendo a Canalejas, lo único cierto sobre su atentado es que el político conocía perfectamente la existencia de su verdugo y que incluso conocía su nombre. Es más, unos días antes había recibido un anónimo diciéndole que “estaba sentenciado a muerte”. Canalejas sabía que Pardinas había conseguido volver a España y que la Policía le había perdido la pista. Se cree que en un primer momento su intención era la de atentar contra el rey que, como os contamos en nuestro tour, ya se había escapado de una buena unos años antes. Finalmente se pensó que atentando contra el presidente se debilitaría más a la Monarquía. En cualquier caso Pardinas no estuvo solo en todo esto y el plan, o complot, fue urdido en Florida.

El 12 de noviembre, a las 11:25 de la mañana, Pardinas cumplió con su parte del plan, en pleno centro de la capital y ante la mirada aterrada de los madrileños. La sociedad española quedó profundamente conmocionada e indignada por el atentado y muchos pensaron que aquel crimen, sin duda una muerte anunciada, se podía haber evitado. No hubo periódico ese día, fuera de la ideología que fuera, que no dedicara unas palabras de afecto hacia el político y de repulsión hacia el acto. El día del entierro, el ABC describía a Canalejas como «un hombre bueno, fervoroso procurador de los humildes, indulgente con los extravíos populares, prudente y suave en las represiones, que había suprimido, de hecho, la pena de muerte, y pretendía borrarla del código, y que ha sido asesinado alevosamente cuando caminaba indefenso y descuidado, amparándose en su notoria bondad”.

Pocos meses después del atentado apareció un cortometraje semi documental en el que, combinando ficción y realidad, actores profesionales recreaban el momento del atentado seguido de las imágenes reales del multitudinario sepelio. Como curiosidad, un jovencísimo José Isbert encarnaba al anarquista Pardinas. Os animamos a ver este documental, muy fácil de encontrar en internet. Si además queréis ver el lugar en el que el cuerpo de Canalejas descansa, visitad el Panteón de Hombres Ilustres. Se trata de un lugar elegante y desconocido que más que un cementerio se ha convertido en un hermoso museo de escultura. De hecho Canalejas, aunque natural del Ferrol, es el único fallecido que allí permanece pues los demás han sido poco a poco reclamados por sus lugares de origen. La magnífica tumba del político fue esculpida por su amigo Mariano Benlliure, el mismo que realizó la lápida en bronce situada en el lugar del atentado. Seguro que habéis pasado mil veces por delante sin daros cuenta.

Canalejas no fue el primer político asesinado ni el último, aunque sí quizás el más llorado. Como su placa en la Puerta del Sol, las calles de Madrid guardan múltiples recuerdos y señales de atentados y muertes de gentes, anónimas o conocidas, que han contribuido con el tiempo a crear la historia de la ciudad. Nuestro tour al Madrid de los Asesinatos pretende recuperar algunos de estos episodios y explicarlos de forma amena, porque creemos que las historias que no se cuentan desaparecen de nuestra memoria y que conocer el pasado es necesario para entender mejor el mundo en el que hoy vivimos. ¡Os esperamos!


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

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