Siguen surgiendo nuevos sitios cada semana en Madrid para disfrutar de la gastronomía, y en esta ocasión también de las vistas. Y no nos referimos sólo a las mesas de al lado, con los clientes más al día en la gastronomía madrileña y en los sitios más de moda, sino que el nuevo restaurante Ático del Hotel The Principal tiene probablemente las vistas más envidiadas de Madrid. El famoso edificio Metrópoli de la Gran Vía es el escenario que se vislumbra desde cada una de sus mesas. Y con unas vistas así, la comida no podía caer en el olvido, así que los dueños de este nuevo local madrileño, que ocupaba el espacio de un hotel que cayó como resultado de la crisis (el antiguo Ada Palace), se han rodeado de los mejores para traernos esta nueva apuesta gastronómica en pleno centro de Madrid.
No podía llevar otra firma que la de Ramón Freixa, el catalán afincado en Madrid que lleva ya años cosechando éxitos en nuestra capital desde su buque insignia en el Hotel Único hasta el ya establecido restaurante Arriba del Espacio Platea, del que te hablamos en un post pasado. Sin duda Ramón lo está haciendo excelentemente bien a juzgar por la cantidad de espacios nuevos y trabajo más o menos mediáticos en los que podemos saborear sus creaciones más vanguardistas para la cocina moderna y actual.
Desde que supimos que reabría el hotel que en su día quebró, con otros propietarios , otro nombre, y elevándolo a la categoría de cinco estrellas, – el único así en la Gran Vía Madrileña-, teníamos ganas de conocerlo. Y no nos ha defraudado. Detrás del gran proyecto se encuentra un joven empresario, Pau Guardans, que decidió apostar por el turismo de hostelería privado y no tanto por sus cargos públicos (fue director general de industria en la etapa de gobierno del PP de Aznar). Además de este hotel recientemente inaugurado, posee el Hotel Miró de Bilbao, el Gran Hotel Central de Barcelona y el Hotel Único en la madrileña calle de Claudio Coello.
Su entrada se realiza desde la calle lateral Marqués de Valdeiglesias y una impresionante escalera atendida amablemente por un conserje – como la de algunos hoteles boutique neoyorquinos -te invita a subir en un ascensor que nos eleva hasta la planta 6 donde se encuentra el restaurante ático. Amabilidad extrema por parte de su personal , que nos conduce hacia nuestra mesa, con vistas increíbles. Antes de sentarnos, decidimos tomar un aperitivo en sus terrazas con vistas a la Gran Vía y a los tejados de la Iglesia de San José (bordea todo el edificio, no dejéis de conocer cada uno de sus espacios al aire libre porque las vistas sorprenden de una a otra).
Llama la atención, extrañamente, que la decoración espectacular que destaca en cada una de las salas del hotel no haya sido la elegida para vestir su terraza acristalada, supuestamente la sala principal del restaurante. Es como si se hubieran olvidado un poco del espacio, con elementos decorativos fuera de lugar, como picaportes en aluminio o techo de paja como un cobertizo de playa . Seguro que darán una vuelta y sabrán sorprendernos de nuevo, ya que es el único área de mejora que vimos. El resto del restaurante tiene una decoración mucho más tradicional con una cuidada iluminación que da la sensación de estar comiendo en cualquiera de las ciudades más cosmopolitas del mundo.
Sobre la comida sabíamos que no nos iba defraudar. Sabiendo que está detrás de ella uno de nuestros cocineros más internacionales , Ramón Freixa, llama de nuevo la atención y presenta una carta en la que apetece probar cada uno de sus platos. Para compartir pedimos croquetas de boletus y de jamón – crujientes por fuera y cremosas y con sabor muy conseguido por dentro, el tartar de tomate con crema de burrata y cebollitas agridulces , – da la vuelta a la tradicional caprese italiana- , y la muy original Butifarra del perol con calamarcitos y cuatro garbanzos, donde se demuestra el control absoluto de Freixa en los productos catalanes.
Para los segundos, escogimos una sorprendente pizza hecha al revés ( Pizza invertida de atún rojo con pinceladas de wasabi ), con buen resultado, una pieza de ternera reposada con un toque de humo , imprescindible para amantes de la carne roja , y láminas finas de ternera con xoff de parmesano y salsa hoisin , una forma nueva de disfrutar de un carpaccio de calidad. Nos quedamos con ganas de postre, seguro que caeremos rendidos a sus tentaciones en los próximos días.
Sin duda otra apuesta gastronómica que dará que hablar y que sitúa de nuevo a Madrid en la capital gastronómica española con las mejores vistas posibles.
Restaurante Ático en el Hotel The Principal
Calle Marqués de Valdeiglesias, 1 (esquina a Gran Vía,2) . 28004Madrid.
Teléfono: 91 532 94 96 (imprescindible reserva)
Precio medio: 50 euros. (con vino)
