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¿pero dónde están los restos del pintor Diego Velázquez?

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Muy cerca de donde está Madrid and You hay una plaza que, a pesar de estar en pleno centro de la ciudad, no es muy conocida: la Plaza de Ramales.

Se construyó en época de José I Bonaparte, llamado el “rey plazuelas” precisamente por su afán de construir espacios abiertos, como éste o como las más conocidas plazas de Oriente y de Santa Ana, para modernizar y embellecer Madrid. Pero si os encanta ir a la Plaza de Oriente a ver atardecer y creéis que no hay mejor sitio de Madrid para las calurosas noches de verano que la Plaza de Santa Ana, no penséis que los madrileños de principios del siglo XIX estaban tan contentos con las innovaciones del hermano de Napoléon, ¿o quién pensáis que le puso ese mote?

La Plaza de Ramales no es muy grande, pero tiene unos cuantos elementos singulares que os sorprenderán si pasáis por allí. Si levantáis la vista, lo primero que os llamará la atención será la bonita Casa Palacio de Ricardo Agustí, que preside la plaza y que se construyó entre 1920 y 1922 como remodelación de un edificio anterior. Resulta especialmente llamativa por su bonito balcón y las pinturas que lo rodean y, sobre todo, por el torreón que corona el edificio, desde el que las vistas hacia el Palacio y la sierra deben de ser espectaculares.

Pero si bajáis los ojos hacia el suelo será cuando descubráis el secreto de esta plaza. Para los más observadores no pasará desapercibido que tiene dos tipos de pavimentos, uno de los losas grises y otro empedrado y que hay unas sospechosas losas más oscuras que separan las dos zonas haciendo extrañas formas. Además, hay una especie de banco corrido de piedra de forma curva y en algún sitio sobresale un sillar del suelo… la pista sobre lo que puede ser esto quizá os la dé una zona cubierta con cristal y en la que se ven unas ruinas de ladrillo, eso sí, medio tapadas por la maleza que crece a sus anchas gracias a la humedad que se condensa en esa especie de cámara de cristal.

Quizá para cuando veáis las ruinas ya os hayáis planteado que ese pavimento empedrado y las losas que hacen esas formas tan raras están señalando el lugar donde una vez hubo algo que tiene que ver con los restos que aún se conservan.

¡Bingo! Es la “huella” que nos ha quedado de la Iglesia de San Juan, que se encontraba donde ahora la plaza hasta que José Bonaparte la tiró. Era una de las iglesias más antiguas de Madrid, consagrada en 1254 a San Juan Bautista y San Juan Evangelista. Fue además la parroquia de palacio hasta 1639.

En la iglesia estaban las capillas de algunos de los personajes y familias más notables de la Villa, como los Lujanes. Pero no fueron ellos los muertos más famosos de la iglesia de San Juan; ese honor se lo lleva, sin duda, Diego de Velázquez. Lo enterraron allí en 1660 vestido como caballero de la Orden de Santiago y, un año después, enterraron con él a su mujer. Cuando la iglesia se tiró, los restos se perdieron, uniéndose a una larga lista de cuerpos de personajes destacados de la historia y la cultura españolas desaparecidos en Madrid (Lope de Vega, Calderón, Cervantes, Enrique IV y Juana de Avis…).

Aún así no se ha cejado en el empeño de dar con el gran pintor de la corte de Felipe IV. En 1999 se llevaron a cabo excavaciones en Ramales con motivo de la construcción del parking que ahora hay debajo de la plaza y se barajó la posibilidad de que entre las ruinas se encontraran aún Velázquez y su mujer, aunque no se sabía con exactitud en qué parte de la iglesia podían haber sido enterrados. La razón para pensar que podían seguir allí era que se sabía que el derribo de la iglesia de San Juan se hizo con tanta premura que los subterráneos y las criptas no se tocaron, sólo se recubrieron de escombros. Pero en 2001 se dieron por concluidas las excavaciones sin dar con él y sin haber llegado a ningún resultado concluyente sobre si Velázquez podía seguir bajo Ramales, si sus restos se habían destruido en excavaciones más antiguas o si incluso habían sido objeto de una monda, como los de Lope de Vega, mucho antes de que llegara José Bonaparte.

Al rebufo de estas investigaciones volvió a salir a colación el hallazgo de dos cuerpos en la iglesia del convento de San Plácido en 1994. Correspondían a un hombre y una mujer, de edad y época coincidentes con los de Velázquez y Juana Pacheco. Además el hombre llevaba también las vestimentas de la Orden de Santiago. Se quisieron realizar estudios de ADN, comparándolos incluso con el del rey Felipe por un lejano parentesco que existe entre él y Velázquez; se trató de comparar un dedo del cadáver de San Plácido con alguna huella conservada en sus cuadros, pero todo resultó infructuoso. Además, la información contenida en los archivos parecía demostrar que Velázquez no había salido nunca de la iglesia de San Juan.  Sin embargo, el hallazgo de un documento firmado por Gaspar de Fuensalida, amigo íntimo de Velázquez, que adquiría derechos de índole funeraria en la iglesia de San Plácido a cambio de unas donaciones, ha vuelto a crear dudas sobre las momias halladas allí.

Así que, como veis, dudas es lo único que tenemos por ahora sobre el paradero de uno de nuestros más grandes pintores. Si sigue en la plaza de Ramales o no o, si se encuentra todavía en alguna parte, es algo que por el momento no parece que vaya a resolverse. Como recuerdo del lugar donde estuvo una vez enterrado, en la Plaza de Ramales hay hoy día un monumento coronado con una cruz de hierro dedicado a Don Diego de Velázquez, como se puede ver en las inscripciones del pedestal. Parece que tendremos que conformarnos con eso.

Esta plaza requiere una última explicación, la razón del nombre. Hace referencia a la batalla de Ramales que se libró en el pueblo cántabro del mismo nombre entre Espartero y el infante Don Carlos entre el 17 de abril y el 12 de mayo de 1839 en el contexto de la Primera Guerra Carlista.

Pues ya sabéis, no dejéis de visitar este singular lugar cuando paséis cerca, ¡puede que nos encontréis en plena visita del Madrid de los Austrias!


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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

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