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El Cristo de Medinaceli y su curiosa historia

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Se acerca uno de los días más importantes para los fieles católicos de Madrid. Mañana viernes, el primero del mes del Marzo, es el gran día del Cristo de Medinaceli , donde todas las televisiones de España cubrirán las largas colas de gente a la espera de poder besar el pie de la codiciada figura. También se espera la visita de uno de los componentes de la familia Real , en este caso de la Reina Doña Sofía.

Pero ¿qué es lo que atrae de esta figura de Cristo? ¿por qué tanta expectación a este primer viernes del mes de Marzo? Nos tenemos que trasladar al comienzo del Siglo XVII donde al parecer se construyó esta figura de 173 cms. de altura en Sevilla, sin que hasta la fecha se conozco el autor. Se trata de un Cristo “ de sentencia” puesto que representa el momento anterior a ser crucificado.

El Cristo de Medinaceli ha viajado por medio mundo. De hecho su primer destino fue el norte del actual Marruecos, para animar a las tropas españolas que a principios del Siglo XVII luchaban en la región de la Mamora (actualmente coincide con la ciudad de Mehdía) . El caso es que al igual que muchos de nuestros soldados como nuestro Miguel de Cervantes , el Cristo fue incautado por el sultán Moulay Ismail . Por aquella época , los monjes trinitarios recaudaban dinero de nobles y aristócratas con el objeto de rescatar a personas del norte de Africa. Así ocurrió con Cervantes, y por eso sus restos se hayan en el Convento de las Trinitarias, como veíamos en un post anterior. También tocó rescatar del cautiverio al famoso Cristo de Medinaceli, pero en esta ocasión la leyenda dice que se produjo un milagro en su rescate: al parecer el acuerdo con sus secuestradores fue el pago de su peso en monedas de oro, y al pesarlo tan sólo se equilibró la balanza con 30 monedas, el mismo número por el que al parecer Judas se vendió para entregar a Jesucristo.

El Cristo rescatado llegó a Madrid en el verano de 1682 , habiendo pasado previamente por Tetuán, Ceuta, Gibraltar y Sevilla. Desde su misma llegada a la capital el Cristo de Medinaceli se instaló en el antiguo convento – ya desaparecido- de los Padres trinitarios descalzos, y posteriormente los Duques de Medinaceli levantan un templo exclusivo en su honor -también desaparecido- . La desamortización de Mendizábal en el Siglo XIX hizo que el Cristo fuera trasladado a la Iglesia de San Sebastián, donde permaneció 10 años, hasta que de nuevo la Duquesa de Medinaceli – en aquella época Doña Casilda Salabert y Arteaga- decidió levantar otra iglesia, que fue demolida y levantada en varias ocasiones hasta la actual y definitiva, de 1930, donde hoy descansa el famoso Cristo en la conocida Basílica.

Pero los periplos del Cristo de Medinaceli no acaban aquí y también en Guerra Civil estuvo a punto de desaparecer. Al parecer en 1936 fue escondido por los Padres Trinitarios en los sótanos de la Basílica y unos militares republicanos la encontraron. Antes de quemarla, como hicieron con muchas otras figuras e iglesias en la triste guerra, escucharon al pueblo y su fervor, por lo que decidieron trasladarla, junto con otras obras de arte – principalmente todas las del Museo del Prado-, primero a Valencia, luego a Francia, para terminar finalmente en Ginebra. Fue de nuevo «rescatada» en 1939 y vino a Madrid, pasando por Pozuelo de Alarcón, donde fue venerada por multitudes, para descansar primero en el Monasterio de la Encarnación y finalmente , ¡por fin! ,la llevaron en procesión hasta la Basílica actual.

Mañana volveremos a ver las largas colas frente a la Basílica, pero hoy ya sabemos por qué el Cristo de Medinaceli es el más venerado de España y uno de los más venerados del Mundo. ¡no olvidéis pedir vuestros tres deseos, porque la tradición católica asegura que con fe, se cumple al menos uno de ellos!

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DIEGO ANTONANZAS DE TOLEDO

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